La hipótesis más conocida para
explicar la extinción de los dinosaurios es que, hace 65 millones de años,
impactó un meteorito gigante contra la Tierra, haciéndolos desaparecer. Bueno,
no a todos. Thomas Henry Huxley fue el primer científico que propuso que los
dinosaurios podrían haber evolucionado hasta convertirse en aves. Te invito, querido
lector, a imaginar a un poderoso Tiranosaurio Rex, con sus más de 11 metros de
longitud y su peso de más de 5 toneladas. Ahora, imagina una gallina. Sí, una
gallina común. ¿Se parecen? Pues, aunque no lo creas, hay estudios que
demuestran que las gallinas y los avestruces descienden del Tiranosaurio Rex.
Entiendo que sea difícil encontrar
la relación entre dos especies tan diferentes, pero existe, como muchas otras
relaciones evolutivas tan diferentes. La necesidad de adaptarse a un nuevo
entorno y sobrevivir ha llevado a las especies, durante millones de años, a
modificar sus características físicas y su comportamiento. De eso se trata la
evolución: de sobrevivir.
En los últimos días, las redes
sociales en México se han llenado de un nuevo término: las "nenis".
Con este término se engloba, de forma burlona y sarcástica, a esas personas, en
especial mujeres, que se dedican a vender productos a través de Facebook
principalmente, pero también en Instagram, Twitter y WhatsApp. El término surge
a raíz del tipo de lenguaje que suelen emplear estas personas, utilizando
palabras cariñosas en diminutivo: "neni", "guapi",
"cari" y similares, intentando ser cercanas a sus clientes. El auge de
memes, publicaciones y comentarios de forma "graciosa" hacia este nuevo
colectivo es debido a los efectos de la crisis sanitaria ocasionada por la
pandemia en la que estamos actualmente, ya que obliga a que cada vez más
personas, sobre todo mujeres, tengan que recurrir a la economía informal.
Además, debido a las recomendaciones de distanciamiento social, se vuelve imprescindible
utilizar las plataformas sociales para generar ventas.
Sin embargo, el fenómeno de las
ventas informales por redes sociales no es nuevo. Ni siquiera lo es el hecho de
que las mujeres se dediquen más a la venta informal que los hombres. Basta
recordar el auge en los años noventa de las ventas por catálogos, muy populares
en oficinas y centros de trabajo, que solían ser impulsados por mujeres.
Podríamos considerar este tipo de ventas como el precursor de las actuales
"nenis".
Tal vez, llegados a este punto,
deberíamos reflexionar por qué este tipo de actividades es desarrollado
principalmente por el sexo femenino. Es indudable que, en nuestra sociedad, los
roles de género establecidos indican que el varón debe "llevar el pan a la
mesa", situarse como el proveedor de la unidad familiar, mientras que la
mujer debe ser la encargada de la economía doméstica y de los cuidados de los
integrantes de la familia que los requieren: no solo niños, también adultos
mayores.
Cuando la aportación económica del
hombre no es suficiente para afrontar los gastos generados por la unidad
familiar, la otra parte tiene que pensar en la manera de generar ingresos y que,
a su vez, sean compatibles con las labores de cuidados desarrolladas. Este
condicionante impide a muchas mujeres incorporarse a trabajos con horarios
rígidos o con jornadas completas, ya que hasta la fecha no se ha inventado una
forma de estar en dos sitios a la vez. El espejismo del teletrabajo nos hace
creer que esto es posible, pero la realidad es que es imposible atender una
reunión de trabajo y a la vez cambiar un pañal o evitar que un niño pequeño se
rompa la cabeza por saltar sobre la cama.
La única salida que les queda a
estas mujeres para sobrevivir es adaptarse y evolucionar. Para ello, tienen que
recurrir a las ventas informales. Aquí encontramos un sinfín de ofertas
generadas por las "nenis", cada cual más original que la anterior:
desde los clásicos perfumes, maquillaje o accesorios, hasta manualidades,
comida, muebles o antigüedades. Una vez generado el producto, es necesario
comunicar que está a la venta. Antes, se dejaba el catálogo en el baño, o se pasaba
de mano en mano. Ahora, gracias a la tecnología, se puede hacer una publicación
en un perfil de redes sociales y esperar a que obtenga el mayor alcance
posible. Por si fuera poco, esta solución informática es compatible con los
horarios disponibles de las "nenis".
Su labor, además, ayuda a reactivar
la economía local, genera fuentes de empleo y busca conseguir una estabilidad
económica. Son conscientes de que no van a lograr llegar al mismo nivel que los
grandes emprendedores, como Bill Gates, Steve Jobs o Jeff Bezos, aunque sus
inicios son muy similares: desde casa. Pero eso no les impide buscar respuestas
cada vez más creativas e innovadoras.
El Tiranosaurio Rex era una criatura
imponente, hoy reservada solo a los museos, mientras que las gallinas, poco
vistosas, han conseguido adaptarse y sobrevivir. Si nos dieran a elegir entre
ser un Tiranosaurio o una gallina, tal vez la mayoría elegiría al dinosaurio
por su impacto visual, aunque eso significara extinguirse. Muchas veces es
mejor ser menos vistoso, pero sobrevivir.